Mientras el paro no para, los falsos comunistas llaman a seguir por el camino electorero

Mientras el paro no para, los falsos comunistas llaman a seguir por el camino electorero 1

A pesar de la demagogia y el postureo pseudo revolucionario que muestran algunos militantes del falso Partido Comunista Colombiano (PCC) “mamerto” o de la Juventud Comunista (JUCO) en la calle o en las redes sociales al señalar las intenciones electoreras de Dignidad (MOIR) y la llamada Coalición de la Esperanza, los cuales pretenden instrumentalizar el actual movimiento de Paro Nacional y conducir todo el descontento social hacia las urnas, lo cierto es que la política que realmente enarbolan dichas organizaciones “comunistas” es igual de electorera y oportunista.

Recientemente en un comunicado conjunto entre el PCC, la JUCO y la llamada Unión Patriótica (UP), que titularon “Llamamiento a la sociedad colombiana”, la dirección mamerta ha demostrado una vez más la política centrista y menchevique que le ha caracterizado por décadas. Sin detenernos en el uso de expresiones e imprecisiones teóricas que van en contravía de lo que el marxismo enseña: tales como hablar en términos de “ciudadanía” en lugar de clases; hablar de democracia en abstracto olvidando su carácter clasista; o de mostrar al Estado colombiano como un ente superior e imparcial por encima de las clases sociales, incluyendo a las reaccionarias fuerzas armadas, las cuales consideran como “fuerza pública”; en dicho llamamiento se expresa con claridad la política reformista y el cretinismo parlamentario de esas organizaciones que se hacen llamar a sí mismas “marxista leninistas”, pero que en pensamiento y acción son totalmente contrarios al marxismo leninismo.

Inicialmente, al primer sector de la sociedad colombiana a la que se refieren en dicho comunicado es a la burguesía y sus representantes políticos (“señores del Consejo Gremial Nacional y señores del gobierno”), allí tratan de convencer a los burgueses que no se dejen cegar por “los prejuicios” y por la “propaganda fascista”; les dicen que otros burgueses como ellos “ya comprenden que esta situación no puede seguir”; les convocan a que escuchen al pueblo colombiano (que estos mismos burgueses y sus gobernantes oprimen y explotan), ya que “la crisis nacional se agrava” y se requiere, según nuestros reformistas: “una solución democrática, por la vía del diálogo, de la justicia social, de las movilizaciones y por la vía de las urnas.” Al igual que los oportunistas de Dignidad (MOIR), los socialdemócratas disfrazados de “rojo” o revisionistas que hablan a nombre del marxismo para degenerarlo y mellarle su filo revolucionario, consideran que la solución a los problemas que estrangulan al proletariado y al pueblo colombiano pasan por la farsa electoral.

Más adelante, y cumpliendo su papel centrista y de curandero de los males del capitalismo, la tríada oportunista (PCC-JUCO-UP) llama a la Unión de Resistencias y a los luchadores del pueblo y sus organizaciones a que se unan a los jefes vende obreros del Comité Nacional de Paro (CNP), y así lograr “la unidad y la convergencia más amplias de las fuerzas alternativas”, ¿para la lucha independiente del pueblo con el objetivo de tumbar este oprobioso y reaccionario régimen? De ninguna manera, la unidad a la que llaman forjar estos falsos revolucionarios es la unidad para la politiquería, unidad para fortalecer la coalición del llamado “Pacto Histórico” que encabeza el senador Gustavo Petro y de la cual el PCC-JUCO-UP hacen parte integral; y de esta manera se pueda lograr construir un “Congreso digno” y un gobierno en el que quepan “todas y todos, incluidos ustedes, nosotros y el resto”, llamando de esta manera a la reconciliación y colaboración de clases sociales antagónicas y así salvaguardar el capitalismo.

Queda clara la política de conciliación y concertación entre clases antagónicas que pregonan a los cuatro vientos los representantes del revisionismo mamerto en Colombia: hablar respetuosamente con las clases enemigas del pueblo -burguesía y terratenientes- y con su podrido Estado, que masacran al pueblo que sale a luchar en las calles de todo el país; reconocer a los vende luchas del Comité Nacional del no Paro que nunca llamaron ni organizaron a las masas que dicen dirigir, para que realmente paralizaran la producción; encauzar la lucha directa de los jóvenes rebeldes hacia el camino electorero, que no es más que el respeto sumiso hacia la dictadura burguesa, llenando las urnas con la sangre del pueblo que está siendo asesinado por la Policía Nacional y bandas paramilitares urbanas conformadas por esos mismos patrulleros que de noche se cambian el brazalete o se tapan su número de identificación.

Por el contrario, el pueblo sigue luchando en las calles desconociendo la falsa e inexistente dirección del CNP porque ya es reconocida su política de conciliación con los masacradores del pueblo desarmado; a la vez que crece el odio contra el régimen mafioso uribista, mientras las masas se preparan de mejor forma para entablar combates más equilibrados entre los organismos de seguridad del Estado de los ricos y los jóvenes del pueblo, que son los que principalmente están plantándole cara al Estado asesino y criminal que responde militarmente a las necesidades de las masas.

Mientras los mamertos del falso PCC llaman a las urnas, los comunistas revolucionarios llamamos a transformar la crisis política del régimen mafioso y paramilitar en una crisis revolucionaria para los explotadores, que eleve la rebelión popular hacia la insurrección contra todo el Estado, contra todo el sistema capitalista y por la construcción de un nuevo Gobierno de los Obreros y Campesinos, no de los Explotadores, como correctamente lo propone aquí la UOC (mlm).

Llamamos a concretar la Alianza Obrero-Campesina; a generalizar las Asambleas Populares, formas embrionarias del Nuevo Poder; a fortalecer y consolidar formas de lucha directa y organización (Grupos de Choque o Primeras Líneas, Guardias Comunales y Milicias Obreras); y a luchar por un gobierno revolucionario de los obreros y campesinos armados, productores directos de la riqueza social.

Las contradicciones del capitalismo imperialista conducen inevitablemente al Socialismo, a la democracia directa de los obreros y campesinos donde la producción esté al servicio de las necesidades de la sociedad y no al servicio del apetito voraz de ganancia de un puñado de parásitos sociales, como sucede en la actualidad.

La actuación audaz de los comunistas revolucionarios, es decisiva en estos momentos, ya que sólo depende de su grado de unidad y organización en un Partido político revolucionario para que se puedan vincular a las masas para aprender de ellas y para dirigirlas correctamente, aislando en la práctica a los oportunistas de toda calaña, que solo buscan darle vida al capitalismo agonizante así se disfracen de “revolucionarios” y con ello alargar el sufrimiento de las masas trabajadoras.

Que los muertos del pueblo no sean en vano, ¡Sin Partido no hay Revolución!, y esa es la tarea y el compromiso que deben adquirir los obreros, campesinos, artistas e intelectuales revolucionarios con su clase, organizarse políticamente para darle sepultura, más temprano que tarde, no solo al uribista régimen mafioso, sino al podrido Estado burgués-terrateniente y al final, al caduco sistema capitalista imperialista.

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